La segunda edición del Congreso Internacional Alicante destino de teletrabajo y nómadas digitales ha tenido esta mañana el atractivo de contar con Marc Sanderson, director de la Oficina Málaga Open for Business. Este organismo municipal ha sido el encargado en la ciudad de la Costa del Sol de posicionar el destino como territorio inversor de proyectos digitales y considerado como referente en la atracción del talento tecnológico.
Su exposición reveló la hoja de ruta que ha llevado adelante la capital malagueña desde hace décadas y que se transformó en 2009 en la creación de esta oficina que canaliza los proyectos y las acciones para canalizar la atracción de compañías como Google y de talento nacional e internacional. Hasta ahí nada que añadir a una localidad que acaba de conseguir el primer certificado en España como destino «nómada digital» emitido por Aenor.
Sin embargo, sus retos son los que se han convertido en un hándicap complicado: falta de suelo y viviendas con precios altos y es, en este punto, donde los empresarios ven la posibilidad de diferenciarse y de captar nuevos intereses.
«Tenemos que replicar, no copiar», apuntó Pablo Torres, consultor especializado en «hospitality» (tareas derivadas de la bienvenida y hospitalidad dirigida a los huéspedes) y uno de los promotores del evento junto a Fundeun y el Ayuntamiento. «Alicante es más pequeño y tiene espacio por ocupar», añade en referencia a Málaga.
Su apunte es una especie de resumen tras una mesa en la que el empresariado y los responsables de dos iniciativas de nómadas digitales han puesto negro sobre blanco los avances hechos en la ciudad y la lista de pendientes. Si la referencia es Málaga el primer aspecto es la ausencia de un «gestor, un grupo de trabajo u otra fórmula» que nos ponga en contacto y que genere «esas sinergias que necesitamos», reclamó Diana Carrasco, fundadora de Simple Social Hub que se encuentra en Gran Alacant (Santa Pola). Ella es una veterana y un referente de la comunidad y considera que la puesta en común de lo que se está haciendo en la provincia sería positivo para posicionar el destino.
En ese punto, coincide Jean Baptiste Michel, fundador de NomadWay. Afincado en Alicante desde hace cuatro años, este francés ha creado un grupo que cuenta ya con más de 3.000 suscriptores. “Hemos realizado eventos en los que ha venido hasta gente de Murcia y lo que nos piden es en qué pueblo de la provincia puedo vivir, porque la ciudad es cara”, comenta.
Precios competitivos
El dinero es una barrera de entrada en las grandes ciudades. Javier Reina, CEO de Custom Suits, explica que en «Alicante la horquilla de un puesto en un coworking entre los 180-240 euros mensuales, mientras que en Madrid, hablaremos de unos 400 euros». Esta circunstancia marca los servicios que se dan y las rentabilidades. Lo que abrió un debate entre el turista y el nómada digital.
Daniel Elman, presidente de la asociación de apartamentos turísticos Abtur y CEO de Myflats, consideró que hacían falta incentivos públicos que permitieran focalizar los esfuerzos en esta oferta, cuyo rentabilidad es menor, frente al usuario de corta estancia. Aunque el impacto del teletrabajador en la economía local es mayor, el punto de fricción estuvo en la vivienda y en la oferta extra que se presenta a quien viene buscando experiencias o como en el caso de Pedro Cruz, del Grupo de seguros AddValora, «huyó de Madrid».
Pablo Torres destacó que «si tuviera una varita mágica «creo que a Alicante le hace falta una ventanilla única. No sé si debe ser Alia, pero las sensaciones es que falta poner el foco en el seguimiento que han pedido los propios nómadas digitales que ya tienen comunidades o espacios como el de Diana. El sector privado ya está haciendo su trabajo, falta ese centro tractor».
La calidad de vida y el bienestar incluyen servicios sanitarios y colegios en el caso de mudarse con la familia; pero también una oferta que vaya más allá del sol y la playa. Con Málaga como fondo, la mesa expuso que hará falta atractivos relacionados con el patrimonio, las experiencias de todo tipo.
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La británica Maya Middlemiss se mudó desde Londres a Xàbia y, en la actualidad, reside en València. Teletrabaja desde el año 2000 y es fundadora de «Remote Work Europe» ofreció una visión pragmática y animó a ofrecer una información legal más clara sobre visados y condiciones laborales en España como es el caso de los autónomos.